La confianza es la base de los equipos cohesionados y de alto rendimiento. Construir confianza crea culturas altamente efectivas, tanto para las personas individualmente como para los equipos y la organización en su totalidad. Permite habilitar y mantener espacios de bienestar, aprendizaje, desarrollo e innovación en los que se genera un contexto de seguridad en el que las personas pueden aportar al máximo, sin miedo a mostrar sus dificultades.
Construirla, requiere aplacar los egos, crear apertura y maximizar las actitudes potenciadoras.
Introducción
Una de las diferencias entre un manager o jefe y un líder es que el manager tiene personas que hacen lo que él dice y le informan, mientras que el líder inspira y consigue que las personas se muestren libremente como son, le sigan y le respeten, aunque no le informen. Y esto se consigue cuando se ha creado confianza.
Por otro lado, la cultura en la que no hay confianza tiene un alto coste: el miedo a la culpa y al fracaso hace perder aportaciones que pueden ser valiosas, así como desperdiciar tiempo y esfuerzo controlando el propio comportamiento o las relaciones con las demás personas, lo que es poco motivador y productivo
Como líder coach, debes crear un ambiente de confianza en tu equipo, donde las personas
- Se sientan libres y seguras de hacer y opinar, mostrando sus talentos o sus dificultades sin miedo a juicios o a equivocarse
- Se sientan respaldadas y motivadas y sean más productivas
- Sientan que las valoras y que las apoyas en sus áreas de mejora
Cómo construir confianza
Para construir confianza debes crear una relación sólida con tu equipo, poniendo atención en tus acciones:
- Da ejemplo, si deseas crear ciertos hábitos o comportamientos, debes demostrarlos tú primero. No puedes esperar que alguien haga algo que tú mismo no haces. Para generar confianza y respeto, hay que dar confianza y respeto también.
- Sé transparente, comparte la información y da visibilidad a tu equipo. Comunicar de manera frecuente, honesta y directa evita que se creen suposiciones o recelos que minarán la motivación y la productividad del equipo. Una visión completa de la información les permite actuar con mejores resultados, mayor seguridad y esto genera más confianza en ellos mismos y hacia ti. Cuando se trate de temas que no se puedan compartir, explica hasta donde puedas, pero evita las mentiras.
- Sé humilde y muestra tu vulnerabilidad, ve más allá de tu ego y crece desde la autenticidad. Mostrarte vulnerable no significa ser débil, sino abrirte a admitir tus errores, dificultades y limitaciones. Esto es un síntoma de tu autoconfianza y tu fortaleza. Pide ayuda cuando la necesites y perdón cuando te equivoques. Construye un equipo que te complemente, en el que tú eres uno de sus elementos de valor. Invita a que desarrollen iniciativas en las que no intervengas para desarrollar sus capacidades, su seguridad y su confianza.
- Respeta tus compromisos, cuando digas algo o te comprometascon algo, sé consistente y no cumple con ello. Demuestra integridad y coherencia entre lo que haces y lo que dices.
- Apoya a tu equipo, reconoce a las personas, fíate de ellas, participa de su éxito y acepta los fracasos como oportunidades para aprender, dando la cara por ellos, apreciando su esfuerzo y evitando la culpa.
- Pide feedback, tú también puedes aprender y mejorar cada día. Desde cómo puedes ayudar al equipo a desarrollarse, hasta cómo mejorar tu estilo de liderazgo o tu comunicación con ellos. Para que sea efectivo, debes asegurarte de generar opiniones sinceras. Y cuando lo recibas, simplemente escúchalo, agradécelo y considera qué te puede aportar, evitando argumentar o justificarte. Obtendrás información valiosa sobre tus fortalezas y oportunidades de mejora.
- Practica la escucha, esto ya lo viste en el Reto #2. Estate presente y atento, sigue el hilo de lo que te están explicando y experimenta lo que ocurre estando en silencio.
- Cuida el bienestar y el futuro de las personas, ayúdales a que avancen hacia sus metas profesionales y personales. Para esto, debes conocer sus valores, necesidades y objetivos individuales, y buscar la forma de alinearlos con los del equipo y la organización. Por ejemplo, un horario flexible, puede permitir que se dediquen más a su familia o puedan tener un hobbie que forme parte de sus metas personales.
- Pon los intereses del tu equipo por encima de los tuyos personales. El éxito no se consigue solo y al fin y al cabo, su éxito es el tuyo también. No permitas que tu ambición te haga dejarles atrás
Confianza y neurociencia
Paul J. Zak, empresario, docente universitario y autor de Trust Factor: The Science of Creating High-Performance Companies, lleva realizando una investigación durante los últimos 10 años, en la que ha medido la actividad cerebral de las personas mientras trabajaban.
La oxitocina es un químico cerebral que indica que alguien se siente seguro. Zak hizo varios experimentos, encontrando relaciones entre el estrés y la inhibición de oxitocina, y cómo la oxitocina produce empatía.
Apunta diversos comportamientos de liderazgo que crean culturas de confianza y alto rendimiento:
- Reconocer la excelencia, te hablé de ello en el Reto #4, haciéndolo públicamente y de forma lo más inmediata posible
- Inducir estrés positivo proponiendo objetivos retadores (aunque alcanzables) a las personas
- Dar autonomía sobre cómo hacer las cosas
- Permitir la autogestión, indicando expectativas pero entregando responsabilidad
- Ser transparente con la información
- Construir relaciones de manera consciente
- Facilitar el crecimiento y desarrollo de las personas
- Mostrar vulnerabilidad
En comparación con las personas de empresas de baja confianza, las personas de empresas en contextos de alta confianza presentan: 74% menos de estrés, 106% más de energía en el trabajo, 50% más productividad, 13% menos de días de enfermedad, 76% más de contratación, 29% más satisfacción con sus vidas, 40% menos de agotamiento, 66% más de cercanía con sus compañeros y 11% más de empatía, entre otros.
Desarrolla tus habilidades de liderazgo
Como líder coach, cultivar estas actitudes crearán la confianza y el clima para la comunicación abierta y la aportación de ideas, construyendo en tu equipo espacios para el aprendizaje, el crecimiento y la innovación, tanto individuales, como del equipo y de la organización.
Si te ves al frente de un equipo por haber demostrado elevada competencia técnica o por emprender tu propio negocio, y quizás necesitas fortalecer tus habilidades de liderazgo, un proceso de coaching puede ayudarte a desarrollarlas a partir de la observación y la evaluación de cómo están tus competencias, para poder potenciar las que te permitan convertirte en el líder coach que deseas ser.