¿Qué estás dejando de hacer por miedo? ¿Te has preguntado qué hay detrás de esa emoción? Todas las emociones tienen algo positivo, encontrarlo e interpretarlo te permite ver posibilidades donde antes veías limitaciones


¿Qué es el miedo?

El miedo es una respuesta del cerebro ante una amenaza o peligro, sea real o imaginado, que produce cambios fisiológicos, de pensamiento o de comportamiento.

Tradicionalmente se ha considerado que la amígdala es el área del cerebro que permanentemente está en búsqueda de amenazas y es la responsable de esta respuesta, está diseñada para asegurar nuestra supervivencia.

Investigaciones más modernas demuestran que intervienen otras partes del cerebro en esta emoción. Hoy en día sabemos que el miedo es algo que se “aprende” asociando determinadas situaciones con amenazas, lo que nos hace evitar situaciones parecidas.

Cuando existe un peligro físico real, nuestro cuerpo se pone en alerta y se prepara para responder en forma de lucha, huida o parálisis es útil, adaptándose a la situación para preservar nuestra integridad, lo cual es positivo. Otro tipo de miedo es el patológico o fobia.

Pero cuando tenemos miedo a salir de nuestra “zona de confort” podemos estar limitándonos en base a experiencias previas vividas o incluso únicamente imaginadas, esto puede llevarnos a no tomar decisiones, a no actuar y por tanto a no generar los cambios que pretendemos.

Miedo a un nuevo puesto de trabajo, o a una relación complicada que mantienes en el trabajo o con un familiar, miedo a emprender, a fracasar, al rechazo, a no hacerlo perfecto, a sufrir, a ….

¿Sientes miedo ante una situación o a tomar una decisión o realizar un cambio en tu vida?

“Todo el secreto de la vida se resume a vivirla sin miedo”.

Frase budista
Imagen de Lukas Bieri

El miedo al cambio y las profecías autorrealizadas

El miedo es una de las emociones del ser humano y la principal razón de que no se avance en poner en marcha cambios y conseguir objetivos.

Se produce al imaginar y vivir como real una situación futura que no se ha producido, por temor a la cual se ponen impedimentos evitando tomar acción y hacer cosas, ya sea porque nos hace ser cautos, nos genera inseguridad o auténtico pánico.

En los procesos de desarrollo personal o profesional, uno se enfrenta a situaciones de incertidumbre o riesgo o que son retadoras o complejas, lo que genera temor que hace que se paralice y no actúe, se disperse y pierda el foco, o le falte la motivación necearia para cambiar sus hábitos. Los miedos más habituales son

  • A fracasar, no hacerlo bien o no estar a la altura de uno mismo o de los demás
  • A hacer el ridículo o a sentir vergüenza
  • A ser rechazado o no gustar
  • A las consecuencias que conlleva el propio cambio

Además, las dudas sobre tu capacidad para conseguir lo que te propones o suponer que las cosas pueden ir mal te llevan a crear una barrera psicológica que te aboca a lo que temes. Cuando anticipas algo negativo que podría suceder, contribuyes a que suceda. En coaching llamamos PROFECIA AUTORREALIZADA a la expectativa de que algo pueda salir mal, ésta mina tu autoconfianza, lo que aumenta las posibilidades de que así sea.

Debes analizar bien las proyecciones que haces, para ver si se basan en hechos o en opiniones. Normalmente, el miedo suele ser mucho mayor que la dificultad que se teme y, si analizas bien qué hay detrás, puedes construir nuevas conexiones, aprender de ellos y asociar lo que temes a emociones que te potencien en lugar de limitarte.

«El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son»

Tito Livio
Imagen de Michal Jarmoluk

6 pasos para que tus miedos no te bloqueen

Dejar de gestionar tus miedos puede llevarte a no dar los pasos necesarios para conseguir tus sueños y metas.

«Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo».

Publio Siro

El enfoque del coaching es reconocer, aceptar y comprender esta emoción, creando un plan de acción que te permita continuar avanzando desde la comprensión, aceptación y reconducción para superar obstáculos.

El enfoque del coaching es reconocer, aceptar y comprender esta emoción, creando un plan de acción que te permita continuar avanzando desde la comprensión, aceptación y reconducción para superar obstáculos.

  1. Identifica y reconoce qué es lo que te produce inquietud, miedo o inseguridad concretamente
    • ¿Qué te está impidiendo hacer o conseguir lo que quieres?
    • ¿Cómo de probable es que ocurra lo que temes?
    • Valora también lo que podría salir bien y qué harías en ese caso
    • Analiza cómo afecta a tu comportamiento, relaciones o decisiones
  2. Revisa las creencias que te están limitando:
    • ¿Son realistas? ¿Se basan en hechos objetivos o en opiniones/juicios?
    • ¿Existe alguna situación en el que no hayas sentido esa limitación? ¿Qué había de distinto?
    • ¿qué logros has conseguido en el pasado? ¿cuáles son tus fortalezas?
  3. Acepta y comprende qué aporta esta emoción, viendo las cosas desde nuevas perspectivas para generar pensamientos y emociones más positivos y construir una nueva visión más equilibrada desde la que puedas actuar.
    • ¿Qué es lo peor que puede pasar si lo haces? ¿Y si no lo haces?
    • ¿Para qué tienes miedo? ¿de qué te previene o protege?
    • ¿Cómo podrías hacer de ese miedo tu aliado?
  4. Enfoca desde otro punto de vista: modificar tus creencias, generar una nueva visión de la realidad y de las expectativas de futuro.
    • Define cómo te gustaría relacionarte con la situación que te preocupa ¿qué quieres hacer con ese miedo?
    • ¿Qué harías si no tuvieras miedo?
    • Intenta evitar la perfección y la “parálisis por análisis”, define cuál sería el siguiente mejor paso que podrías dar y ve a por él
    • Piensa en positivo: en lugar de pensar lo que “no quieres” piensa lo que “sí quieres”.
    • Relativiza, ¿qué pensarás sobre esta emoción dentro de 5 o 10 años?
    • Toma conciencia de los sistemas de los que formas parte familia, trabajo, territorio, país, continente, el planeta, el espacio… Redimensionalo.
  5. Motívate: visualiza, escribe o dibuja como te contaba aquí lo mejor que podría pasar, qué ocurrirá cuando consigas realizar lo que te propones. La neuroplasticidad de tu cerebro te apoyará creando nuevas asociaciones: recuerda que tu cerebro no distingue si algo es real o imaginado.  Si pensar en negativo te produce bloqueos, imagina lo que puede producir pensar a lo grande.
    • ¿Cómo te sentirás?
    • ¿Qué será diferente respecto a tu situación actual?
    • ¿Qué persona serás después de conseguir ese logro?
  6. Vive el presente, relájate y disfruta: aunque tengas objetivos de futuro, pon tu presencia en el ahora, practica alguna técnica de relajación o prueba el mindfulness y busca momentos y experiencias que te diviertan y te hagan reír.

Recuerda también que el coaching te ayuda a planificar objetivos realistas y, durante el proceso de acompañamiento, podrás identificar creencias limitantes para generar nuevos puntos de vista, aumentar tu nivel de conciencia, empoderarte, mejorar tu autoconfianza y mantenerte en acción hacia lo que deseas.

Imagen de Marta Kulesza
Share This